El entorno previsto para los próximos años está caracterizado por una recuperación económica gradual, el mantenimiento de los tipos de interés en niveles bajos, el arranque de la unión bancaria y la imparable presencia de la tecnología y de la innovación en las relaciones con los clientes.
Además, cabe señalar también dos impactos de la crisis financiera y la recesión asociada a ella aún presentes en el sistema financiero español: la baja rentabilidad y, más importante aún, la todavía mermada reputación entre el público.
En este contexto, y a partir de un análisis de fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades, CaixaBank ha definido cinco líneas estratégicas para el período 2015-2018. Con la consecución de estos objetivos, el Grupo se consolidará como una entidad que genera valor sostenible a sus accionistas, reconocida por su excelencia en el servicio y por su compromiso social, y líder en la digitalización de la banca y en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías al servicio del cliente.